Si, si, eso se lo dirás a todos... pero a mi no me la pegas |
domingo, 26 de diciembre de 2010
El fin de la Europa antitransgénica
Sigo especulando sobre cuanto durará la tontería antitransgénica que nos está tocando sufrir. Decía en el post anterior que Alemania dejó de ser antitransgénica cuando BASF recibió la autorización para la patata Amflora. De la misma forma cuando Francia sufra una epidemia en las viñas (Darwin no lo quiera, pero tristemente estas cosas de vez en cuando pasan) o una empresa francesa saque un transgénico con valor añadido, desde el Elisio se desbloqueará la siembra de OGM. En general la postura antitransgénica es peculiar. Cuando algún grupo ecologista monta algún sarao festivo-reivindicativo no queman una farmacia o una tienda de ropa, sino un campo de maíz… que a veces ni siquiera es transgénico. Es fácil renunciar a algo cuando no eres consciente de los beneficios que te reporta. Las plantas transgénicas que se comercializan benefician directamente al agricultor y los consumidores sacamos un provecho indirecto. Principalmente la bajada del precio final del producto. En la mayoría de los países desarrollados el precio de la alimentación no es una parte significativa del gasto mensual de una familia, por lo que este beneficio queda muy diluido. Hay otros factores que también pasan desapercibidos. El maíz Bt y la soja RR precisan menos fitosanitarios e insecticidas, lo que se traduce en menos emisiones de CO2. Este hecho ha sido interesadamente ignorado por todos los grupos declarados anti transgénicos, que son los mismos que piensan que comprando productos etiquetados como ecológicos van a estar más sanos y benefician al medio ambiente, cuando la realidad es que, salvo en el preámbulo, en ninguna parte del reglamento europeo sobre agricultura ecológica hay ninguna referencia o regulación a la huella ecológica (o nivel de emisiones de CO2), salud o impacto ambiental.
Por lo tanto la postura antitransgénica es muy facilona y ventajista. Solo implica una renuncia a los transgénicos sobre los que no percibes un beneficio directo. El día que vea a alguien de Greenpeace o de Amigos de la Tierra poniendo las pancartas en un hospital me los tomaré en serio. La consecuencia lógica es inmediata. El día que salgan plantas transgénicas que supongan un beneficio directo para un consumidor medio de un país desarrollado, las organizaciones ecologistas mirarán discretamente a otro lado y se buscaran alguna otra diana para sus campañas. ¿Qué ventajas pueden ser? Este verano, especulando sobre el mismo tema en una mesa redonda, oí a Daniel Ramón decir que cuando saliera el trigo que permita hacer pan apto para celiacos (es cuestión de tres o cuatro años), o algún transgénico que ayude a combatir el colesterol, se acabará el rechazo a los transgénicos. Yo todavía soy más aventurado. Con que aparezca un transgénico que tenga un sabor diferente y que un cocinero 3 estrellas Michelin haga un plato megafashion y lo ponga de moda, la gente (en Europa) dejará de tener manías. Es solo cuestión de tiempo.
Se que muchos alimentos han sufrido alteraciones genéticas, podemos ver el trigo, que no es una planta silvestre sino que el hombre la a manipulado. pero lo más seguro es que ocurrió hace más de 10 o 15 mil años, esto hace que la naturaleza a formado la especie y no el hombre.
ResponderEliminarAhora si piensan que la naturaleza no sabe lo que necesitamos y ustds si, entonces coman solo ustds estos aliementos, es seguro que esta manipulación no salvo del hambre al hombre.
Son puros negocios y lo que quieren es ser dueños del las especies.
solo habrán sus ojos y vean.
El año 2010, en un congreso en Bristol, la charla inaugural terminó con un mea culpa generalizado de los científicos europeos, que no han sabido responder a grupos como Greenpeace y su propaganda de desinformación respecto de los OGM. Es hora que nosotros, los científicos, salgamos de los laboratorios y demos una visión sería, responsable e informada acerca de este tema. Este blog es una alternativa. Saludos desde Chile.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Gabriel y bienvenido al blog. Creo que ahora en Chile estais en pleno debate por la autorización de los OGM. No me extraña, viendo como están funcionando en las vecinas Argentina, Brasil y Paraguay era cuestión de tiempo.
ResponderEliminarAnonimo: Big face palm
Este documento, http://www.pana.ie/download/CEO-lobby.pdf , trata sobre la actuación de los lobbys en la comisión europea. En el caso de la biotecnología señala a Monsanto y compañía, pero es evidente que existen otro tipo de Lobbys más poderosos como podría ser Greenpeace y los seguidores de los denominados partidos verdes. ¿Cómo es posible que la voz de la industria, como pasa en otros sectores, no sea tan potente?. Todas las industrias, las de aeronaútica, TIC, automoción... tienen capacidad para orientar en las mejores políticas de la comunidad, resulta curioso que las de biotecnología y alimentación no lleguen a tener la misma consideración por parte del comisionado europeo.
ResponderEliminar