jueves, 29 de septiembre de 2011

Ecologistas en accion, agroborroka y metidas de pata

Como suele pasar todos los veranos la tecnofobia ecologista se ha vuelto a hacer de notar. En este caso, un grupo autodenominado "Campesinas extremeñas en lucha" ha reivindicado el sabotaje contra un campo experimental de maíz transgénico. Por supuesto la presunta ONG Ecologistas en Acción no ha tardado en sacar pecho y legitimar  el acto como defensa de la salud publica y gilipolleces por el estilo. No es la primera vez que arrasan un campo experimental, . El comunicado produce una mezcla de estupor y vergüenza ajena, entre otras cosas por que para justificar los presuntos daños de los transgénicos solo son capaces de citar un estudio propio y uno de Greenpeace. Vamos, que para Ecologistas en Acción los transgénicos son malos por que lo dicen ellos. Lo de presunta ONG lo digo por que no se financian con las cuotas de sus socios, como corresponde a una ONG, sino que se dedican a la impudica captación de subvenciones públicas.

A ver campesinas y ecologistas apalancados a la espera de subvenciones: para empezar habeis metido la pata. El campo no era transgénico. Aunque ya es costumbre que metais la pata . La lista que vosotros obligais a publicar al ministerio para informar (de los campos que hay que destrozar) se basa en las solicitudes para los ensayos. Luego los ensayos se llevan a cabo o no. De hecho se realizan muy pocos ensayos en España y la mayoría se llevan a Estados Unidos, precisamente por culpa vuestra. Más que nada para que no los arraseis y se pierdan años de becas y trabajo. Parece ser que en Estados Unidos los ecolojetas como vosotros tiene otras prioridades y no van arrasando campos experimentales. ¿Tendrá algo que ver que Monsanto sea una empresa americana? Y luego decís que no hay suficiente investigación sobre transgénicos para avalar su seguridad (mentira), pero arrasais los campos experimentales. Hay que ser imbécil. Por cierto, vosotros vivis de fondos públicos, pero ¿habeis pensado quien va a compensar al agricultor que ha sufrido vuestra ignoracia?

Agro borroka en acción.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Una reseña tardía y a destiempo (II)

Sigo aquí con la reseña del libro "El Ecologismo Español", de Joaquín Fernández.

Otra curiosidad que me ha asaltado al leer el libro, apreciable desde la perspectiva del tiempo, es el cambio de objetivos del movimiento verde. En ese momento (año 1999) los principales males del planeta eran la industria del cloro y los gases CFC, obviando que al principio de la campaña también se atacaba a la cloración del agua, algo que ha salvado millones de vidas y que provocó que algunos militantes históricos como Patrick Moore abandonaran Greenpeace. También hace sonreir que en el capitulo dedicado a movilizaciones contra las infraestructuras clama contra muchas autopistas, cuando ahora cualquier pueblo atravesado por una carretera nacional se muere por una autopista o una circunvalación. Y lo mejor: critica la construcción del AVE, obviando los miles de trayectos en coche o en avión que esta infraestructura ahorra al medio ambiente.

Y vamos al tema transgénicos. A pesar que el libro esta escrito en 1999, que ya se sembraban transgénicos y en el laboratorio hacíamos Arabidosis thaliana y tabaco transgénico Made in Spain, solo se merecen dos míseras páginas de un total de 326, indicando un manifiesto que hoy sería inasumible por ningún ecologista racional (bueno, quizás por el chico de la pancarta y sus muchachos, perdón, proyecto Equo), ya que viene a decir que se prohiba todo, incluyendo fármacos y similares (ahora greenpeace dice que no repudia la tecnología, solo si se liberan al medio ambiente, pero también es mentira). Lo más gracioso: no menciona a Monsanto. Hoy en día un ecologista sin Monsanto en la boca es como una iglesia sin beatas. Es más, atribuye el maíz Bt a Novartis.



Siguiendo con curiosidades temporales. De todo el marasmo de siglas solo han sobrevivido las mas reconocibles, (WWF, SEO, Greenpeace….) y las demás se han quedado por el camino. Respecto a los nombres propios solo soy capaz de reconocer a Jorge Riechmann, Jesús Mosterín, Josep Vicent Marqués, ya fallecido, aunque mucho más conocido como sociólogo y ensayista de izquierdas valenciano que como ecologista, y a Octavi Piulats, que actualmente es asiduamente entrevistado por programas de esoterismo donde presenta sus peculiares teorias que consisten en apuntarse a todas las magufadas.

Ya por último… tampoco hubiera venido mal un prudente distanciamiento a la hora de hablar de Greenpeace, a la que considera como bandera y santo y seña del ecologismo. Cuando enumera sus éxitos y triunfos, algunos son poco más que hilarantes. Por ejemplo, Poner una pancarta en la cumbre del FMI en Madrid, después del discurso del Rey, y luego enviar una carta de disculpas a la Moncloa. En ese estilo prefiero el Caiga Quien Caiga, y no veo como ayuda al planeta, más allá del autobombo de Greenpeace, como tampoco veo que interés tienen las campañas copiadas a PETA, consistentes en despelotarse. Al principio hacia gracia, pero ahora empieza a estar muy visto. No hay organización benéfica que se precie que no haga el típico calendario Cutre-Pirelli. Otro ejemplo cachondísimo es cuando cita que como parte de la campaña contra la industria del cloro, en 1994, presentaron la nevera ecofreeze, la nevera sin CFC. Utilizaba propano y butano como gases refrigerantes. Creo que esa nevera no ha tenido demasiado recorrido comercial, por suerte, ya que a nadie le gusta que su nevera se queme o explote. Parecen no haberse enterado que la principal ventaja de los CFC es que no son tóxicos ni inflamables. Cualquier sustituto viable debe cumplir estas premisas.

En resumen, un libro recomendable e interesante de leer, Especialmente ahora, con la perspectiva del tiempo, que nos permite valorar los aciertos y errores del movimiento ecologista en España.

PD1: Genial el #amazings2011, cuando este disponible colgaré el vídeo de mi intervención sobre transgénicos y el enlace al resto de las charlas.
PD2: reseña de Claudi Mans en Investigación y Ciencia.

Amigos de greenpeace. Despelotarse ya está muy visto

martes, 20 de septiembre de 2011

Como la politica ecologista perjudica a los productores ecologicos

El título puede parecer una perogrullada. La lógica sería que el movimiento ecologista apoyara y consumiera productos ecológicos, como de hecho parece que hace. No obstante, un exceso de celo puede tener consecuencias inesperadas.

En Europa no hay ninguna ley que prohiba los transgénicos. Para obtener la autorización un transgénico debe superar un complejo, largo y caro proceso de autorización. Debido a que no es posible prohibir algo sin que haya evidencias cientificas que respalden esta prohibición, la estrategia política ha sido dificultar todo lo posible su comercialización. Entre ellas, la draconiana norma de obligar a etiquetar como que es transgénico solo con una contaminación adventicia de un 0,9%. Esta última norma perjudica principalmente a los agricultores y al consumidor, que se ven obligados a etiquetar como transgénico algo que realmente no lo es. Un margen del 5% como el que se aplica en otros paises sería mucho más asumible y no perjudicaría a los agricultores, pero como aqui a raicales no nos gana nadie, así nos va. Hay que insistir que algunas organizaciones abogan por que este margen sea del 0%. Pero vayamos al meollo. En Europa, por mucho que insista la ministra Rosa Aguilar, no comemos transgénicos. La obligación de etiquetar espanta a los fabricantes, por lo que el grueso de la producción se destina a alimentación animal. Un consumidor puede tener la certeza que en su dieta no hay transgenicos, salvo que la etiqueta de lo que consume indique lo contrario. En Estados Unidos, la situación es la inversa. Puesto que el origen transgénico no supone un cambio en el sabor ni en las propiedades nutricionales, no hay obligación de etiquetar. De hecho la mayoría de la soja y el maíz que se consume en los Estados Unidos es transgénico (¿lo tendrán presente cuando se van de vacaciones?). Eso no quita que haya gente que toma la decisión personal de no consumir transgénicos, como hay quien no come cerdo y hay quien rechaza recibir un transfusión de sangre o vacunarse. El nicho de consumo de esta gente es la producción ecológica, donde está explicitamente prohibido el uso de transgénicos. Es una cuota de mercado que en Europa no existe. En Europa si no está etiquetado no es transgénico, sea o no sea de producción ecológica. La situación recuerda vagamente a lo que pasó en la España de la postguerra con el cine. La política del régimen era que en España solo se hablaba español, por lo que se hizo obligatorio el doblaje de todas las producciones americanas. Eso supuso un golpe a la industria del cine nacional y perder una cuota de pantalla importantísima que sigue hoy en día sin recuperarse. ¿Quien necesita películas españolas si Gary Cooper y Greta Garbo hablan español? Otra cosecuencia de esta política es el escaso nivel de dominio del inglés de la población, comparado con otros países de nuestro entorno (Portugal, sin ir más lejos, donde no doblan las películas).


Etiqueta americana de producción ecológica

La situación en Europa tiene un punto de ridiculez. Ni aquí ni en américa hay que etiquetar si el alimento se ha elaborado un sábado. Parece una tontería, pero impediría el consumo por parte de un judío ortodoxo. Sin embargo existe la etiqueta de kosher para asegurar que un alimento cumple todas las normas de la torá. Si el criterio que seguimos con los transgénicos lo hicieramos para contentar a todos los sectores de la sociedad que siguen algun tipo de precepto alimentario, la etiquetas iban a ser como una doble página de "El Heraldo de Aragón".

PD: El viernes estaré en Amazings 2011 en Bilbao. Daré una charla de 10 minutos, participaré en la mesa redonda posterior y posiblemente en algún taller. Será una fenomenal ocasión para desvirtualizar a los lectores del blog o del libro. Alli nos vemos.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Una Reseña tardía y a destiempo de "El ecologismo español" (I)

Este verano ha llegado a mis manos un interesantísimo libro “El Ecologismo Español”, escrito por Joaquín Fernández (Alianza Editorial, 1999). El libro ya tiene un tiempo, por lo que pretender que este post es una reseña queda fuera de plazo, pero si que es interesante comentar el libro con la perspectiva que otorga el tiempo, para ver como ha ido evolucionando el ecologismo en España.




El libro arranca con una documentada introducción donde se explican los antecendentes históricos del movimiento ecologista, y que impúdicamente he utilizado como fuente para una entrada anterior. Después de este incio el libro no se estructura de forma cronológica, lo que a mi juicio hubiera sido mejor si pretende ser una historia del movimiento verde en España, sino en función de las diferentes campañas y movilizaciones. La principal objección sería que está escrito desde la más fervorosa militancia. Las únicas críticas, ligeras, se refieren a la endémica desunión y atomización del movimiento. Fuera de esto, a juicio del autor, cualquier campaña que han iniciado los ecologistas es correcta, cualquier acción está justificada y cualquier empresa o administración que han señalado con el dedo es culpable. Creo que con un prudente distanciamiento y una narración objetiva de los hechos el libro hubiera ganado. Este fervor se nota especialmente en determinados pasajes. Por ejemplo: considera el “Año de los Tiros” de Huelva (Una protesta de mineros que fue abatida a tiros por el ejército español, siempre tan dado a posicionarse en contra de la ciudadanía) como la primera movilización ecologista en España, cuando no eran mas que obreros luchando por mejorar las condiciones de semiesclavitud a la que les forzaba la compañía Británica en connivencia con las autoridades locales. Otro ejemplo es el arranque del capítulo sobre el movimiento antinuclear en España donde se lee “Para los ecologistas no cabe distinción entre usos pacíficos y militares. La energía nuclear es militarista, antidemocrática, oscurantista e intrínsicamente peligrosa” Ignorar los miles de usos civiles de un plumazo es bastante pueril, y hoy en día cualquiera ecologista con dos dedos de frente lo asume, bueno y luego está el proyecto Equo. No sé si alguien que haya superado un cáncer gracias a la radioterapia, o que le haya detectado a tiempo un tumor en un PET o en una Gamma-grafia, o un espeleólogo subacuatico que haya logrado cartografiar una cueva este de acuerdo con esta afirmación.

Vista aerea de la ubicacion de Valdecaballeros

Otra frasecilla sonrojante es cuando en el octavo capítulo, con el esclarecedor título de “La internacional Verde” dice que “La ecología y el ecologismo no admiten fronteras”. Lo siento, pero no. La ecología es una ciencia y el ecologismo una opción social y política. La ciencia se mezcla muy mal con la política, por lo que las fronteras son claras y definidas. Y el autor las hubiera debido tener presente cuando acusa al DDT de ser culpable de las muertes de delfines ocurridas a mediados de los 90, sin citar la fuente. Sorprende puesto que la toxicidad del DDT en vertebrados superiores es muy baja. Más adelante insiste, pero ya cita que en los delfines se encontró DDT, pero que la mortandad fue debida a un virus. Otra prueba del rechazo a la ciencia es que ninguna de las 235 citas corresponde a una revista cientifica o con factor de impacto, algo lógico cuando se habla de historia, pero no cuando se pretende ofrecer datos objetivos, como hace en algunos pasajes. La filosofía de “con mis datos me vale, no hace falta contrastarlos”, era y es, una rémora en la credibilidad de muchas campañas.






Otro aspecto interesante de la obra es que no se esconde y aborda uno de los puntos más negros del movimiento verde en España. Para según que viaje conviene evitar según que compañías, por muy nobles que te parezcan los fines. El autor saca pecho considerando la moratoria nuclear el mayor triunfo del movimiento ecologista español, y entre sus logros, bloquear la construcción de Lemóniz y Valdecaballeros. Fernández no esconde que en el caso de Lemóniz lo más definitivo no fue la movilización popular, sino las siete víctimas de ETA, entre ellas el ingeniero Jose María Ryan al más puro estilo Miguel Ángel Blanco y el niño Alberto Muñagorri, horriblemente mutilado por una bomba perdida en el camino. El autor denuncia que, aunque hubieron criticas desde el ecologismo, en general la respuesta a estos atentados fue bastante tibia, o directamente aplaudida. También cita como en algunas movilizaciones antinucleares se corearon lemas como “Iberduero se lo pasa bomba”, “Lemoniz, Goma2” o “ETA mátalos”. El autor se muestra muy crítico con esta connivencia de intereses con ETA en el caso Lemoniz y no amaga el malestar que hubo entre muchos ecologistas sensatos. No obstante eso sorprende que en capítulos posteriores, cuando habla de la autovía de Leizarán, deja como poco más que una anécdota las cuatro víctimas de ETA. Y más todavia. en un capítulo posterior, hablando de una protesta en un pueblo vasco contra la instalación de un vertedero y de la escasa repercusión que tuvo, dice textualmente “Ni siquiera obtuvo el apoyo de HB”. No les tenía yo catalogados como partido ecologista.

Seguirá...

PD1: Reseña de Sergi Pamies aparecida hoy en La Vanguardia.
PD2: Los Productos Naturales ¡Vaya Timo!, está disponible en Amazon.es

lunes, 12 de septiembre de 2011

Presentación en Murcia y próximas convocatorias

El sábado pasado estuve presentado "Los productos naturales ¡vaya timo!" en el FNAC de Murcia. Debería haber hecho una reseña y tal, pero después del pedazo de entrada que ha aparecido sobre el evento en el blog de Jose Manuel Lopez-Nicolas "Scientia", me siento incapaz de decir nada más. Solo que me he ruborizado al leerlo. Lo dicho, que fue un rato genial en el que hablamos de ciencia y aproveché para desvirtualizar a muchos amigos tuiteros y/o blogueros.


Por lo demás seguimos con la gira. El 23 de septiembre, viernes, estaré en el congreso Amazings 2011, hablando de transgénicos, y luego participaré en alguna de las mesas redondas o talleres que se celebrarán en paralelo. Por cierto, como son exposiciones de 10 minutos ya he avisado a la organización que no pienso preparármela, ni ensayar, ni llevar pogüerpoints ni pogüerrangers. Aún así no me han quitado del programa, así que a ver lo que sale, de lo cual ya aviso no me hago responsable.



Y por último el 8 de octubre sábado, estaré en Escepticos 2011, antes del fin del mundo. Como tengo 30 minutos además de transgénicos hablaré de aditivos, conservantes y miedos alimentarios. Impresionante el video anunciador del evento que se ha currado la organización.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Aparece el pariente perdido de la cerveza Lager

Todas las especies y organismos que utilizamos en agricultura, ganaderia o para la obtención de alimentos en algún momento han sido especies salvajes que tras años de selección artificial se han convertido en especies domesticadas, muchas veces muy diferentes de sus ancestros. En algunos casos conocemos a los antepasados silvestres, como en el caso del maíz y el Teosinte. En el caso de los microbios, el tema es más complejo. La elevadisima biodiversidad y la multitud de hábitats hace difícil identificar, por ejemplo, la especie silvestre de la que provienen muchas de las levaduras que utilizamos para hacer pan o vino. Por suerte el desarrollo de la secuenciación a gran escala ha facilitado en sobremanera el trabajo. Gracias a esto, y cual Paco lobatón en tiempos del ¿Quien sabe donde? recientemente se ha podido reconstruir el árbol genealógico de las levaduras utilizadas para la elaboración de una de las cervezas alemanas más populares, la tipo Lager. La cerveza Lager se fabrica desde el siglo XV y tiene la particularidad que fermenta a bajas temperaturas. De hecho en alemán Lager quiere decir almacén. Esta fermentación a baja temperatura tiene varias ventajas: evita el crecimiento de bacterias que estropearían el proceso. El fresquito también evita la producción de esteres (productos de la reacción del alcohol con un ácido orgánico) como subproducto de la fermentación que dan sabores afrutados y que combinan muy mal con el sabor amargo que confiere el lúpulo. Otra caracteristica de la levadura Lager, compartida con otras levaduras utilizadas en la fabricación de cerveza, es que la ruta de biosintesis de los aminoacidos con azufre (cisteína y metionina) funciona muy mal. Esto impide que se acumulen compuestos azufrados, que dan mal sabor.
Buscando parientes perdidos de la levadura.

La cerveza Lager se produce con la levadura Saccharomyces pastorianus (antiguamente conocida como S. carlsbergensis) un híbrido creado entre Saccharomyces cerevisiae, y otra especie no identificada, que es la que le aportaria la capacidad de crecer en frío y el peculiar metabolito del sulfito, cruciales para la elaboración de la cerveza Lager tal y como la conocemos ahora. Recientemente se ha publicado el descubrimiento de una nueva especie de levadura, Saccharomyces eubayanus, que sería el pariente perdido. El nombre se lo debe a que su pariente conocido más cercano es Sachharomyves bayanus, un complejo hibrido entre la propia S. eubayanus, S. uvarum y S. cerevisiae, que no existe en la naturaleza y que solo se encuentra en cubas de fermentación, ya que se utiliza para obtener vino o sidra. S. Eubayanus, en cambio, si que se ha encontrado en la naturaleza, concretamente en un bosque de nothofagaceae (hayas del sur) en la patagonia. La historia se repite, que desaparezca un alemán y aparezca en argentina fue muy frecuente en algún momento de la historia, y ahora vuelve a darse el caso, pero en levaduras.   

Un bosque de Hayas del sur en la Patagonia. Idílico entorno donde se ha identificado S. eubayanus
PD1: Y recordad que mañana 10 de septiembre, a las 19:30 en el FNAC de Murcia, CC Nueva Condomina, estaré presentando Los Productos Naturales ¡vaya timo!, junto con Daniepap y Scientia.

PD2: Miguel Jara, peculiar periodista y por lo que parece miembro del think tank de greenpeace, parece no haberse enterado de lo que es el "efecto streisand", pues nada, a disfrutarlo.

lunes, 5 de septiembre de 2011

¿Es el ecologismo de izquierdas? (y viceversa)

Hoy parece indiscutiblemente aceptado que los partidos de izquierda son ecologistas y los partidos ecologistas son de izquierdas. El hecho que últimamente los diferentes partidos verdes suelan presentarse en coalición con partidos de izquierda parece apoyar esta tesis. En España nunca ha existido un partido verde de referencia y el ecologismo político se ha diluido en una ensalada de siglas, partidos, escisiones, corrientes de opinión, asambleas, etc… Las coaliciones con partidos de izquierda o nacionalistas no han sido demasiado duraderas (quizás con la excepción de IC-Verds) ni con demasiados réditos, sobre todo para los partidos de izquierda con mucha mayor trayectoria electoral. De hecho es bastante frecuente que cuando algún militante verde quiere hacer carrera política se pase a un partido grande, a veces, después de perder unas primarias. Otras veces las alianzas han rozado lo pintoresco, como en las elecciones de 1988 donde con el Partido Humanista, secta, más que partido, creado por Mario Rodríguez Cobo, más conocido como Silo, un psicoterapeuta reconvertido a mesías se presentó bajo la denominación de los Verdes Ecologistas, y luego estuvieron unos años pleiteando con Los Verdes, por la titularidad del nombre. Creo que asumir que el ecologismo es indisolublemente de izquierdas es un error de base. La defensa y protección del medio ambiente debe ser un objetivo prioritario de cualquier partido, tenga la ideología que tenga. Considerar el ideario verde como patrimonio de un sector ideológico es un profundo error cuya consecuencia es excluir a un sector de la sociedad del compromiso medioambiental. Lo mejor del tema es que la identidad izquierda-ecologismo es reciente y tiene pocos fundamentos históricos.



Covadonga-Picos de Europa, el primer parque nacional en España.




Los primeros parques naturales, espacios protegidos y leyes de protección mediambiental en España datan de principios del siglo XX y no son fruto de demandas populares, ni mucho menos, sino de la nobleza terrateniente, tradicional propietaria de campos, montes y bosques. La nobleza buscaba con esto, por una parte, preservar sus cotos de caza, y por otra, afirmar sur privilegios y defender su posición frente a la pujante burguesía industrial urbana, ávida de suelo y sobre todo, de leña y carbón para las calderas de sus fábricas. En este aspecto destaca el diputado cántabro Pedro Pidal, Marqués de Villaviciosa e impulsor de la ley de Parques Nacionales en 1915, que fue la que dio paso a los primeros parques españoles (Covadonga y Ordesa). Esta actitud que parece tan decimonónica llega hasta casi a nuestros días. El famoso slogan de los 70 “Cuando el bosque se quema algo tuyo se quema”, fue hábilmente transformado por el humorista Perich en “cuando el bosque se quema, algo suyo se quema, señor Conde” o recuperar la genial película “La Escopeta Nacional”. En Europa la situación no es muy diferente, y las primeras leyes netamente ecologistas se las debemos a la Alemania de Hitler, ya que la naturaleza tenía un papel preponderante es su delirante ideología, reflejado en el movimiento “Blut und Boden” (sangre y tierra) de Martin Heidegger. También la España de Franco crea el ICONA en una fecha tan temprana como 1940. Curiosamente la relación con la izquierda de muchas organizaciones ecologistas es poco más que inexistente. La Sociedad española de ornitología (SEO) nace en 1954 con el beneplácito del régimen. Otro ejemplo es la WWF fue fundada por el Duque de Edimburgo, y que siempre ha contado con miembros de las realezas europeas en su consejo directivo. La rama española ADENA (actualmente integrada dentro de ella), tuvo como presidente de honor al rey Juan Carlos, y como presidentes ejecutivos al Duque de Calabria y durante largo tiempo al financiero Manuel de Prado y Colon de Carvajal. De hecho cuando surgen los primeros partidos ecologistas en el seno de la izquierda acusan a ADENA de tener en su consejo a lo mejor del Franquismo. No hay que olvidar que ADENA fue fundada por el personaje más mediático del conservacionismo español: Feliz Rodriguez de la Fuente, responsable que muchísima gente estudiarara biología y/o se preocupara por el medio ambiente. Su éxito televisivo es debido en gran medida a su amistad con Jaime de Foxá, personaje del régimen responsable del servicio de caza y pesca fluvial. El mismo Félix tuvo que sufrir las iras de los ecologistas militantes cuando se negó a posicionarse en temas como el debate nuclear. En España también existieron partidos verdes de derechas, como el Partido Ecológico Español de Damián Téllez y Fernando Enebral, que acabó integrado en Alianza Popular.


El Mar de Aral, una de las mayores catástrofes medioambientales




Y mientras tanto ¿la izquierda se preocupaba por el medio ambiente en sus orígenes? El movimiento comunista surge como respuesta a los desmanes de los empresarios de la revolución industrial, donde los obreros eran poco más que esclavos condenados a una vida de miseria. Con la barriga vacía nadie se preocupa del medioambiente. Esto es algo que parece que no han acabado de entender muchos agroecólogos (signifique lo que signifique la palabreja). Cualquier propuesta agroecológica que implique un descenso significativo de producción está abocada al fracaso. En la obra de muchos padres del comunismo y el socialismo se encuentran muchas referencias a la agricultura (solo hay que ver la hoz en la bandera de la URSS), pero pocas a la conservación de la naturaleza. De hecho el comunismo considera a la agricultura como una actividad enfocada a la máxima productividad y distribución entre el pueblo. Prueba de esto son los Koljoses, Sovjoses y planes quinquenales, que de agricultura ecológica tenían poco. La mayor prueba de la escasa preocupación en el bloque del este es que estos países han sufrido las peores catástrofes medioambientales: la desecación del Mar de Aral, las tremenada contaminación industrial en todo el bloque del este y Chernobyl. En España, en pleno debate nuclear, Santiago Carrillo, en aquella época secretario general del PCE dijo: “Un país que renuncia a la energía nuclear, renuncia al progreso”. En este aspecto destaca negativamente la china de Mao, donde algunas de sus propuestas rozan lo aberrante. Uno de sus ideas fue decir que “todo grano que se come un pájaro se lo roba al pueblo” y propuso la exterminación de pájaros en zonas agrícolas. La consecuencia (lógica) fue la proliferación indiscriminada de insectos que trajeron enfermedades y plagas que acabaron con el grano.






Por lo tanto, ahora que Equo va buscando alianzas con los partidos de izquierda, conviene recordar que la relación ecologismo izquierda es reciente y sin trayectoría histórica. La protección del medioambiente no es un problema de ideología política, ni patrimonio de ningún partido determinado, es un problema de todos.

PD1: Post dedicado a la memoria de mi alumno Albert Almasqué.
 
PD2: Y recordad que el próximo sábado 10, a las 19:30 estaré en el FNAC de Murcia presentando Los productos Naturales ¡vaya timo!

viernes, 2 de septiembre de 2011

Los Productos Naturales ¡vaya timo! viaja

Igual que le pasaba al gnomo de jardín del padre de Amelie, a "Los Productos Naturales ¡vaya timo!" le ha dado por viajar este verano. La mayoría de las veces sin su autor, todo hay que decirlo. Aquí os dejo algunos documentos gráficos:

En las playas de Mallorca, cortesía de Rosa Taberner, de Dermapixel.



En Japón, concretamente en el bario de Shinjuku, obra y gracía de Jesús Espí, de entomoblog:


  En la Semana Negra de Gijón, esta vez con su autor:

Y por último, una cachondísima. Los Productos naturales ¡vaya timo! en plan infiltrado tras las líneas enemigas haciendo una operación de comandos, en la libreria Abacus de Lleida, cortesía de Elara.



Y anunciaros que el próximo sábado 10 de septiembre estaré en el FNAC de Murcia presentando el libro junto a Scientia1 y Ese Punto Azul Pálido