Si el modelo público es insostenible ¿Por qué no se plantea el debate en una época de bonanza económica? Quieren disfrazar de debate transcendente algo que no es más un parche chapucero para tratar de ahorrar déficit público y va en la misma línea de los ataques que ha sufrido la ciencia y la educación, ataques cuyo principal perjudicado ha sido el ciudadano de a pie, sobre el que ha caído la responsabilidad de apechugar con las culpas y consecuencias de los excesos de la clase política y financiera de los últimos años.
Medicamentos ¿al alcance de todos? |
Para empezar: ¿Qué coste tendría para una familia media? En Suiza no existen las polizas familiares, por lo que cada miembro de la familia tiene su seguro individual. El gasto mensual para una familia con un único hijo ronda los 600 euros. Además funcionan como un seguro general, de forma que tú pagas las facturas y el seguro te las reembolsa anualmente (si el seguro lleva franquicia). Si tiene cobertura completa el reembolso puede ser cada 3 o 6 meses y solo cubre hasta el 90% de los gastos. Por ley el 10% siempre corre a cargo del usuario. Las aseguradoras argumentan que es una medida para que la gente no abuse de ir al médico. Otra peculiaridad es que la compañía puede decidir no cubrirte una enfermedad crónica o derivada de algo que tuvieras antes de hacerte el seguro. En mi caso una operación de rodilla de hace 20 años sirvió para que durante mi estancia post doctoral mis rodillas estuvieran sin protección sanitaria. Por suerte siguen bien. Los principios de la competencia, libre mercado y autorregulación no parecen funcionar en la sanidad privada. Hasta el 2003 los precios estaban regulados por una ley federal. Derogada la ley, todas las compañías subieron los precios a la vez. Ir al médico en Suiza también es curioso. A veces recuerda a coger un taxi, puesto que se tarifica la visita por tiempo y por las preguntas que le haces al médico. Por supuesto acudir a un médico de urgencias o a una farmacia de guardia vale casi el doble que una visita normal. El precio normal de una consulta ronda los 30-40 euros y el de un especialista 90. Si el médico solicita un análisis de sangre básico son unos 600 euros (precios del 2004-2006).
Suiza: Paisajes idílicos y sanidad privada |
¿Podemos funcionar así en España? Pues empecemos por duplicar o triplicar los sueldos. Mi salario en Suiza como postdoctoral era el doble del que tengo ahora como profesor titular de universidad. La presión fiscal también era muy ligera, apenas un 2,5% de la nómina y sin necesidad de hacer la declaración de la renta. Por lo tanto si quieren imponer un modelo de sanidad privada, que empiecen por subir los sueldos y bajar los impuestos, si no, es una estafa.
Otro aspecto que nunca he oído comentar en el debate de sanidad pública/privada es que parece que nadie se han parado a calcular como se modifica el comportamiento en función del modelo de sanidad. La primera consecuencia sería un brutal descenso de la tasa de natalidad. El embarazo y el parto, con seguro, puede suponer unos 3000 euros, luego el niño supone unos 200 euros al mes, más el 10% de todos los gastos médicos, lo que provoca que la gente se lo piense mucho a la hora de procrear y que abunden las parejas sin hijos. Si ya estamos sufriendo un envejecimiento de la población, con la sanidad privada tendríamos una sentencia de muerte demográfica y una población envejecida imposible de sostener.
España: campeona olímpica en donaciones de órganos. |
Otro aspecto es que en un modelo de sanidad pública todos somos iguales ante al enfermedad, por lo que es muy fácil para el ciudadano asumir principios de solidaridad. No es casualidad que España sea un referente mundial en donaciones de órganos y de sangre. Yo mismo soy donante universal y sin excepciones, aunque dados mis excesos con el colesterol no se que recorrido le queda a mis órganos. En un modelo de sanidad privada la gente es reticente a las donaciones si sabe que no las podrá aprovechar cualquiera, sino alguien con un mínimo de poder adquisitivo.
Por lo tanto sirvan estas modestas líneas como apoyo al modelo de sanidad pública española, sin ignorar que hay aspectos mejorables, tanto por parte de los usuarios que asumen fraudes como pasarle las recetas a la abuela o ir al médico para pasar el rato, por médicos y laboratorios que a veces recetan fármacos innecesarios o para los que existen alternativas más baratas o incluso del sistema general, que por diferentes intereses financia fármacos de dudosa utilidad.
Y una última reflexión. Estas semanas se ha planteado cambios en uno de los supuestos de la ley del aborto alegando una defensa de la vida y una igualdad de las personas ante la ley. Esta igualdad y esta defensa de la vida no se esgrimió cuando se aprobó el decreto de medicamentos y el que excluía de la seguridad social a los parados de larga duración o a los que se encuentran en España en situación irregular. Esta eliminación de cobertura sanitaria ¿no es una eutanasia pasiva? Seguro que es igual de pecado que el aborto. No se si los que aprobaron esta ley se han parado a pensar en este detalle.